Desde este primero de diciembre, la capital ecuatoriana se suma a la lista de ciudades de Latinoamérica con un sistema de transporte público subterráneo. La obra, que tardó 10 años en construirse, consta de una línea con 15 estaciones y un recorrido de norte a sur, de 22 kilómetros. El servicio será brindado por 18 trenes de seis coches cada uno y se estima que será utilizado por 377,000 pasajeros en forma diaria, con una tarifa general de 45 centavos de dólar por viaje.
Desde las cinco de la mañana, cuando la ciudad despertaba, trabajadores, estudiantes y curiosos acudieron a las estaciones habilitadas para formar parte de los primeros recorridos del metro. Quito es una ciudad de 370 kilómetros cuadrados con un área metropolitana donde viven casi tres millones de personas y donde la problemática del tránsito y la cantidad de automóviles sigue siendo unos de los problemas más importantes a resolver.
El proyecto fue ejecutado en forma conjunta por la alcaldía de Quito y el gobierno nacional; y financiado con múltiples fondos, donde se destacan los créditos otorgados por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), el Banco Mundial, Banco Europeo de Inversiones y del Banco del Estado ecuatoriano. El subterráneo de ecuador, considerado una de las obras más importantes del país andino en las últimas tres décadas, contó con el aporte de la empresa Metro de Madrid de España desde donde también fueron importados los coches con los que se inició la operación.
El acto de inauguración de esta obra mostró juntos a los recientemente asumidos, alcalde de Quito Pabel Muñoz del correista Movimiento Revolución Ciudadana y al presidente Daniel Noboa, del partido ADN (Acción Democrática Nacional) de centro derecha. Ecuador, al igual que muchos países de la región, está atravesado por una grieta ideológica. Que dos políticos que representan lados distintos de esa división puedan convivir en un espacio público importante es una señal de que las cosas pueden cambiar.
コメント