Finalmente pasó lo inesperado. En la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas de Francia, la ultraderecha liderada por Marine Le Pen, logró un triunfo sin precedentes. El partido Reagrupamiento Nacional obtuvo un 33,5% de los votos, superando tanto a la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (28,5%) como al partido del presidente Emmanuel Macron, Ensemble (22,1%). Esta es la primera vez que la extrema derecha se impone en unas legislativas francesas.
Foto de Elpais.com
El sistema político francés, una democracia parlamentaria, tiene a la Asamblea Nacional como su principal órgano legislativo, compuesto por 577 diputados. Las elecciones anticipadas fueron convocadas por Macron a las pocas horas de haber sufrido un duro revés en las elecciones de Europa a principios de junio.
Ante su lectura sobre la amenaza que Reagrupamiento Nacional representa para los derechos humanos, las cuestiones de género y el medio ambiente, entre otros aspectos, los partidos de izquierda decidieron unirse en un gran frente, conocido como el Nuevo Frente Popular. Esta coalición, aunque marcada por profundas diferencias ideológicas y metodológicas, fue una respuesta estratégica para contrarrestar las posibilidades del partido de Le Pen. Entre los líderes más destacados de esta unión se encuentran Jean-Luc Mélenchon de La Francia Insumisa, Olivier Faure del Partido Socialista y Fabien Roussel del Partido Comunista Francés. A pesar de sus divergencias, estos líderes encontraron un terreno común en la necesidad de frenar el ascenso de la ultraderecha y obtuvieron el segundo puesto , relegando al partido de Macrón al tercer lugar.
Aunque Marine Le Pen no fue la candidata de su partido en estas elecciones, sigue siendo la figura central con miras a las presidenciales de 2027. Marine Le Pen es hija de Jean-Marie Le Pen, un político francés conocido por sus posturas asociadas al fascismo y al antisemitismo. Reagrupamiento Nacional aspira a obtener una mayoría absoluta en la segunda vuelta para designar al primer ministro y condicionar el gobierno de Macron.
Las propuestas de Le Pen se diferencian significativamente del consenso que ha gobernado Europa en los últimos años. Mientras la mayoría de los países europeos han apoyado una política de integración y cooperación supranacional, Le Pen aboga por un nacionalismo fuerte, priorizando los intereses franceses por encima de los compromisos europeos. En cuanto a la guerra en Ucrania, Le Pen ha adoptado una postura más ambigua y menos confrontativa hacia Rusia, en contraste con la firme condena y las sanciones impuestas por otros líderes europeos.
La segunda vuelta, programada para el próximo domingo, 7 de julio, será determinante para definir la composición final de la Asamblea Nacional y el futuro político de Francia.
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